viernes, 23 de abril de 2010

Leccion de inversiones para el Presidente Correa

El presidente dijo en su Enlace del Sábado 20 de Marzo: "Nosotros sabemos de Economía y Finanzas. Ya no comamos cuentos. ¡Rebelémonos!". Se refería a las inversiones de los dineros del IESS en pro...Ver más en>> Leccion de inversiones para el Presidente Correa

miércoles, 21 de abril de 2010

Socialización Francisco Febres Cordero

Socialización
Francisco Febres Cordero
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Ya casi nuay imaginarios, con sus declinaciones de imaginario colectivo e imaginario urbano. Imaginario es una palabra que está medio totalmente demodé.
Como está más completamente demodé decir sociedad civil. ¡Qué alivio!
Ahora, en cambio, la palabra de moda es socialización. "Estamos socializando el proyecto de ley de minería", dicen los socializantes. Y, enseguida, dicen que también están socializando el proyecto de ley de aguas. Y el de educación superior. Y el de comunicación. Y el de todo mismo.
Para nosotros, los lingüistas, socializar, en términos no del Diccionario de la Real Academia sino del socialismo del siglo XXI, significa consultar. Discutir. Escuchar opiniones. Intercambiar criterios.
Suena importantísimo: socializar. Tiene hasta un cierto tufo sociológico que nos remite directamente a la Flacso. Y por eso este Gobierno socializa todo: ninguno de sus actos, ninguna de sus leyes, ninguno de sus decretos pasa sin socialización.
¿No vieron lo que ocurrió con la ley de comunicación? ¡Cómo socializaron! Parieron un proyecto y le hicieron aparecer al Panchana ese que hay como el autor intelectual. Lo cierto es que nunca nadie en la revolución ciudadana ha estado tan feliz de que le atribuyan la paternidad de algo como estuvo el Panchana. Saltaba de la dicha, iba raudo y veloz de radio en radio, de canal en canal, explicando lo que había escribido él solito con sus propias manos. Y aceptaba debatir con los que decían ¡chuta, qué tal pendejada de proyecto! Y qué tal pendejada de Panchana, también decían. Pero él, con una sonrisa que correspondía a su cuarto de hora de fama, debatía. Y afirmaba que no era ninguna pendejada. Ni él. Ni el proyecto.
Y dentro del Congreso también socializaban el proyecto y formaban comisiones de asesores para que les asesoraran a los diputados que ya no son diputados sino asambleístas. Y, entonces, todos socializaban y pasaban lindo discutiendo que tal artículo sí vale, que tal otro artículo no vale, que más bien suprimamos el Consejo Nacional de Comunicación e Información, que más bien mantengámoslo nomás, que más bien obliguemos a que los medios se registren, que más les obliguemos a que no se registren. Y así.
Y todo el mundo creía que, en verdad, de eso se estaban sacando algunas conclusiones para que la ley saliera de un consenso que, de alguna manera, reflejara el pensamiento de los debatientes que habían intervenido en el debate.
Pero, ¡oh!, de golpe y porrazo, en una noche de apagón, cuando no se veía nada más que las tinieblas, la presidenta de la Comisión de la Ley de Comunicación sacó un proyecto que brillaba con luz propia y, con una voz lógobre, exclamó: "Este proyecto es el que va y el de Panchana ya no va". Y enseguidita, con un dedo que parecía vela en su mano, comenzó a tomar votación de su proyecto que, en efecto, fue el que fue.
¿Y la socialización?, me preguntarán ustedes. Y yo les responderé que el rato de los ratos los asambleístas cumplen obedientemente todo lo que el Correa manda, mientras los demás seguimos socializando, que es lo más lindo que se ha inventado este Gobierno para tenernos bien entretenidos, creyendo que la socialización sirve para algo.